Cristina Kirchner impuso a Silvina Batakis como ministra de Economía, y esa designación dejó «afuera» a Sergio Massa, evitando la reestructuración del gobierno que éste pedía como condición para incorporarse como jefe de Gabinete. Massa exigía controlar el Ministerio de Economía, el Banco Central y la AFIP, con el argumento de que debía tener absoluto dominio sobre los pivotes económicos para llevar adelante un plan exitoso.
Cuando Alberto y Cristina acordaron que la elegida era Batakis, Massa decidió «repensar» su incorporación al gabinete.
Batakis tampoco era de las preferidas del mercado que apoyaban sobre todo el ingreso de Massa o Redrado. La resolución de la crisis le aportó aire a Juan Manzur, que ya se veía fuera de la Jefatura de Gabinete.
Luego de idas y venidas durante todo el día sobre el formato que tendría el anuncio de los cambios de gabinete, la comunicación oficial estuvo a cargo de la portavoz, Gabriela Cerruti, que intentó dar una conferencia de prensa junto a Juan Manzur en Olivos, pero decidieron suspenderla por el ruido que hizo un escaso grupo de manifestantes que se acercó a la puerta de la Quinta con cacerolas.