20 abril, 2024 01:44
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Refuerzo de la OTAN: el Ejército alemán bajo presión

La OTAN se está rearmando. Alemania aportará 15.000 soldados listos para el combate a la Fuerza de Respuesta rápida de la alianza. Un plan con algunos obstáculos. La Fuerza de Respuesta (NRF) es el «cortafuegos» de la OTAN. Sus unidades de combate multinacionales están siempre listas para un llamado. En caso de un ataque contra alguno de sus miembros, las primeras unidades se desplazan a las zonas de crisis en un plazo de 48 horas y asumen una gran variedad de misiones en tierra, mar y aire.

Pero la NRF debe tener pronto un efecto aún más disuasorio. La OTAN lo decidió en la cumbre de Madrid, debido a la agresión rusa contra Ucrania y para asegurar su flanco oriental. Para ello, esta fuerza se incrementará masivamente, pasando de los 40.000 efectivos actuales a 300.000 soldados preparados para el combate.

Según la ministra de Defensa, Christine Lambrecht, Alemania participará con 15.000 soldados de infantería de la Bundeswehr, sus Fuerzas Armadas. De tres a cinco mil efectivos serán estacionados en Lituania, donde hasta ahora había unos mil. Además de poner a disposición 65 aviones, 20 barcos y unidades del comando de fuerzas especiales KSK.

Pero después del fin de la Guerra Fría, las fuerzas militares alemanas han sido fuertemente reducidas. «Las exigencias a la Bundeswehr requieren grandes esfuerzos en personal, material, equipo e infraestructura», recordó al diario Augsburger Allgemeine la socialdemócrata Eva Högl, comisaria del Parlamento alemán para las Fuerzas Armadas.

Gran reto para el Ejército más pequeño de la historia alemana

Por su parte, el presidente de la Asociación de la Bundeswehr, André Wüstner, considera que «el reto es enorme, teniendo la Bundeswehr más pequeña de la historia». Actualmente, con unos 183.000 soldados. Para surtir hay que comprar y «las estanterías están vacías», advierte Christian Mölling, del Consejo Alemán de Relaciones Exteriores (DGAP), en entrevista con DW. Los soldados necesitan estructuras de mando y logística, agrega.

Uno de los fundamentos de la política de seguridad alemana después de la Segunda Guerra Mundial fue la mayor moderación militar posible. Esto fue un consenso tanto para la política como para la mayor parte de la sociedad alemana. Muchas cosas se burocratizaron en exceso y los procesos de toma de decisiones se ralentizaron.

Ahora, ante la amenaza del peor escenario, la Bundeswehr tiene que transformarse en una poderosa fuerza de combate. A la vista de la nueva estrategia de la OTAN, Alemania no puede permitirse más demoras.

«Es otro cambio de los tiempos», dice Frank Sauer, de la Universidad de la Bundeswehr, en Múnich, en alusión al discurso del canciller Olaf Scholz sobre el giro histórico tras la invasión rusa. «Los contingentes de la OTAN que han estado en el flanco oriental en el Báltico sólo pretendían ser una especie de cable trampa o un freno, hasta ahora», explica el investigador militar a DW.

Para la Bundeswehr, agrega, es muy importante porque «se espera que Alemania sea el centro logístico a través del cual operará todo». En esencia, se trata de un importante reajuste estratégico en Europa, con efectos duraderos para la Bundeswehr. Un inmenso reto.

Fuente: DW

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