Por Julián Yosovitch
Probablemente sea redundante recordarlo pero creo que el contexto lo amerita. El Banco Central (BCRA) no es la Reserva Federal (Fed) de los Estados Unidos. ¿Por qué es importante reiterarlo?
Cuando estalló la crisis del coronavirus, colapsaron las expectativas positivas en el mercado y los activos financieros se derrumbaron en cuestión de días.
Tal fue el descalabro y el impacto económico por las cuarentenas, que la Fed aplicó un histórico y agresivo plan de compra de activos financieros para sostener su valor. Para comprarlos, emitía dólares y luego volcaba la liquidez en el mercado financiero.
Durante 2020 y 2021, la hoja de balance de la Fed más que se duplicó, pasando de u$s 3,9 billones a u$s 9 billones. No se temía a la inflación y se privilegiaba el nivel de actividad.
El mercado confía en la Fed, ya que tiene reputación, por lo que emitir tanto dinero no generó un descalabro económico. Recién dos años más tarde, comenzaríamos a ver problemas como la aceleración de la inflación.
SEPARADOS AL NACER
En comparación, y volviendo al tema central de la nota, aquí, el BCRA está embarcado en una política monetaria que inquieta al mercado.
La entidad monetaria argentina emite enormes cantidades de pesos para comprar deuda en moneda local, fundamentalmente bonos atados a CER.
Debido al contexto de falta de confianza y volatilidad en el mercado de bonos en pesos, el BCRA busca defender las paridades de los bonos poniéndose agresivamente del lado comprador, dándole liquidez al mercado y a los fondos comunes de inversión, que deben responder a los rescates de los inversores.
El lunes pasado, por ejemplo, la autoridad monetaria habría emitido cerca de $ 280.000 millones para comprar bonos en pesos. El equivalente a 0,4 % del PBI en tan sólo un día. Si se toma desde que inicio la crisis de deuda en pesos, en menos de un mes emitió más de $1 billón para comprar esos bonos.
Si bien el BCRA emite Leliq, la emisión tan grande es inquietante y claramente esto es combustible para un contado con liquidación que, de no cortarse esta dinámica, el mercado proyecta que el dólar tanga recorrido alcista hacia adelante.
El BCRA no cuenta con la reputación de la Fed y la Argentina tiene un piso de inflación enormemente más alto que los EE.UU. como para aplicar una estrategia agresiva de emisión de pesos para sostener los bonos.
Cuando la Fed salió a emitir dólares para comprar activos financieros, la inflación era del 2% promedio.
En la Argentina, la inflación camina al 60% anual. Por lo tanto, las consecuencias de esta histórica emisión monetaria pueden ser graves en cuanto a más inflación y más devaluación.
Una vez más: el BCRA no es la Fed.
Fuente: El Cronista