26 julio, 2024 20:59
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Porteño con el corazón en Lima

Por: Juan Carlos Fola

Lima, hoy por hoy, está en el podio entre los mejores restaurantes nikkei de la Argentina. Y eso no es poca cosa, si pensamos que en Buenos Aires este estilo de cocina es muy valorado y tiene exponentes de gran calidad.

 

Y la verdad es que íbamos con muchas expectativas a conocer Lima, el restaurante nikkei que hoy ocupa ese espacio. Pasa que cuando uno va con mucho entusiasmo a comer a un restaurante, lo más probable es que no se te cumplan las expectativas. Lo cual es un gran desafío para quienes, como anfitriones, te ofrecen un menú dentro del estilo nikkei en el que, para destacarse, hay que ser muy original y preciso, además de tener mano maestra para no traicionar esa conjunción tan sugerente entre lo japonés y lo peruano. Pues bien, se cumplieron las expectativas y más aún.

Lo primero que observamos son los grandes cambios que exhibe la ambientación. Renovarse es vivir. Y hay que adecuarse a los estilos. Por ejemplo, vemos una barra de sushi está ubicada sobre el costado izquierdo del salón.

La comodidad de los asientos, una acústica que permite disfrutar de la música de fondo y no sufrirla, la luz tenue pero suficiente para ver lo que uno está comiendo, son detalles que nos ayudan a pasar un grato momento, que se extiende precisamente por estos factores que nos hacen más que placentera la visita.

En cada detalle de la ambientación está el arquitecto Teo Shilton, quien diseñó todos los locales dándoles una identidad a cada uno. Como decíamos, la iluminación que tantas veces criticamos por su virtual ausencia, brinda aquí calidez y los espejos amplían el plano visual de los comensales.

 

Las plantas siempre protagonistas en los locales de Lima y éste, el porteño, no resulta la excepción. Por otra parte, llama la atención una frase que leemos en el salón: «Muy bonito el bailecito», lo que siempre repetía Paco, el abuelo de los tres hermanos, cada vez que se cerraba una linda jornada, ya sea laboral, con amigos o en familia.

Ya es archisabido hoy lo que es la cocina nikkei, pero no olvidamos nuestra primera experiencia que nos dejó perplejos y sorprendidos la primera vez que la probamos hace como 15 años atrás, cuando aún era totalmente desconocida para nosotros.

 

¿Es comida japonesa con ingredientes peruanos o comida peruana con ingredientes japoneses? Una pregunta que se repite. Podría decirse que ambas, ya que se trata de una fusión cultural gastronómica única, con más de 100 años de historia, cuando alrededor de 7.000 japoneses emigraron al Perú.

Allí empezaron a preparar su cocina tradicional con los ingredientes disponibles, creando platos llenos de sabor con la simplicidad y precisión de las técnicas culinarias orientales.

Dejamos librado el menú a la confianza del itamae y de nuestro cordial y atento mozo, salteño de Rosario de la Frontera. Resultó una sucesión de delicatesen repletas de sabores perfectamente ensamblados, como es posible encontrar en los mejores nikkei que conocemos aquí y en otros países sudamericanos.

 

Se comenzó la degustación con Ebiwan, empanaditas de masa philo rellenas de langostinos salteados, queso y maní con miel de maracuyá spicy.

Los nigiris trufados de ventresca de salmón, con aceite de trufa y ralladura de lima y limón, son una delicia difícil de describir con palabras.

Se probaron también los «Anticu», «Crispy», «Ro-Zu» de Wagyu, ajo negro y ralladura de yema curada; «Hotate» (de vieiras) y «Umami». Es difícil, a esta altura, elegir un preferido entre tantas opciones como suele ocurrirnos en este tipo de restaurantes.

El ceviche Wasabi de pesca del día, pulpo y vieiras, con leche de tigre cremosa al wasabi, lleva además chips de plátano, cilantro y furikake de la casa. Y ni hablar del tiradito nikkei de salmón rosado con salsa cítrica a base de sésamo, abanico de palta a las brasas y crocante de sésamo.

Imposible resistirse a los Mariscos Batayaki (al fuego), salteados con manteca oriental más jugo de lima, tan llamativos visualmente como de sabor intenso.

Y para completar, una degustación de rolls «Lima Kis», entre ellos el «Parmesano», «Tempurizado», «Kanai», «Sunset» y «Acevichado», en tamaños acordes a la necesidad de comerlos de un bocado, algo que no siempre se cumple.

 

Quedó para otra ocasión probar algunos de los platos de la cocina, como picante de mariscos; lomo saltado; «Risotto Lima»; salmón y miso, o bien lo que se supone es una bacanal de mar («Parrillada Limeña» con pesca del día, mariscos, pulpo, vegetales grillados con salsa oriental, acevichada y criollita peruana, obviamente para compartir).

Huelga decir que hay que hacer un gran esfuerzo para que, a esta altura, uno pueda probar alguno de los postres de la carta como suspiro limeño, «Volcán Lima» o flan de coco. Los golosos deberían hacer el intento.

 

La carta de vinos es muy completa y con precios lógicos. Pero también hay que prestar atención a la barra, sobre todo con los cócteles de autor elaborados con pisco.

Sin dudas que Lima está a la altura de los mejores nikkei, donde existe una perfecta conjunción entre productos de calidad, sabor y técnicas de elaboración impecables.

Lima Estilo Nikkei. Dirección: Hub Porteño Hotel Boutique – Rodríguez Peña 1967, Recoleta. Teléfono: 11 3152 2492. Horarios: martes a domingos de 12:00 a 16:00 y de 20:00 a 00:00. 

 

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