29 marzo, 2024 04:07
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«¿POR QUÉ FALLÓ EL TIRO? ¿CÓMO MANDASTE A ESTE TARADO?»

«¿Cómo mandaste a este tarado?”, le preguntó a Uliarte la nueva detenida, Agustina Díaz, en referencia a Sabag Montiel. 

Agustina Díaz le habría recriminado a su amiga Brenda Uliarte, novia de Fernando Sabag, haber mandado «a este tarado» a concretar el ataque  contra Cristina Kirchner. Las sospechas por el financiamiento del grupo se acrecientan con otro mensaje de Uliarte: «Si me falta plata ya sé a quien recurrir”.

“¿Por qué falló el tiro? ¿Cómo mandaste a este tarado? … Y después ¿se puso nervioso?”. El mensaje fue enviado por Agustina Díaz a Brenda Uliarte tras el atentado contra Cristina Fernández de Kirchner. “Borrá todo”, le indicó también y le aconsejó deshacerse de su celular y cualquier posible evidencia. Díaz, de 21 años, fue detenida el lunes por la noche a partir del hallazgo de estas comunicaciones en el celular de Brenda, la novia de Fernando Sabag Montiel, el hombre que intentó dispararle a la vicepresidenta. Ambas mujeres hablaron durante al menos un mes antes del atentado con frecuencia y deliberaban sobre la forma de llevar adelante el asesinato. También a partir de los mensajes en el teléfono, los investigadores encontraron que Sabag Montiel y Uliarte pretendían alquilar un departamento cerca de la vivienda de CFK, presumiblemente para vigilarla y planear el ataque. Mientras tanto, en busca de desentrañar cómo se financiaba el grupo y qué estructura tendría detrás, la jueza María Eugenia Capuchetti ordenó levantar el secreto bancario y analizar movimientos del sistema de Mercado Pago. CFK finalmente se presentó como querellante en la causa: designó a los abogados José Manuel Ubeira y Marcos Aldazábal.

“Amor de mi vida” era el nombre con el que figuraba Díaz en la agenda del celular de Uliarte. Tenían una relación de confidentes y de intimidad, además que era notorio que compartían expresiones de odio a la política, al sistema y al kirchnerismo, por lo que surge del análisis de los mensajes que descargó la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y pudo reconstruir este diario. La nueva detenida –la tercera en el expediente– será indagada este miércoles desde las 9. Por el momento es representada por el mismo defensor oficial que Sabag Montiel, Juan Martín Hermida, aunque habrá que ver si no se evalúa la existencia de intereses contrapuestos.

Es posible que deban ampliar su indagatoria Uliarte y Sabag Montiel, a quienes se les mostrarían las nuevas pruebas incorporadas. El mismo lunes hubo allanamientos en la vivienda de Díaz, en San Miguel, en otro domicilio en la misma zona y otro en la Ciudad de Buenos Aires. Estos dos últimos también son de personas que mantenían trato frecuente con Brenda. En los tres lugares fueron secuestrados celulares, notebooks, tablets y pendrives. Con este nuevo panorama, el grupo investigado excede ya a la llamada “banda de los copitos”, los amigos de Brenda que, igual que ella, vendían copos de azúcar, una actividad que parece haber operado como pantalla. Lo que va quedando cada vez más claro es que hubo planificación, inteligencia previa y maniobras de encubrimiento.

Celular recargado

El celular de Brenda resultó una enorme fuente de información para la causa judicial. De allí surge también, por una serie de audios, que junto con Sabag Montiel planeaban alquilar un departamento en la zona de Recoleta para tener una buena vista de la vivienda de CFK, el entorno y estudiar los movimientos. Habrá que ver si existe alguna relación entre ese intento y la llamativa presencia de la abogada Gladys Egui, que representa a dos integrantes de la agrupación de ultraderecha Revolución Federal, Leonardo Sosa y Gastón Guerra que, al parecer, también se juntaban ahí. Ese grupo organizó algunas de las manifestaciones más violentas de los últimos tiempos (como la de antorchas y las de las guillotinas), como inquilina de una habitación en la casa de la vecina de la vicepresidenta, Ximena de Tezanos Pinto. Brenda Uliarte participó de algunas de esas protestas de odiadores y un denominador común de las personas bajo investigación es que participaban de grupos de Telegram y Whatsapp precisamente de “haters”. Son grupos donde convergen cientos de personas que comparten noticias y comentarios y se agitan entre ellos y ellas con extrema agresividad.

Intento previo

Otra de las revelaciones recientes, también derivada del intercambio de mensajes entre Uliarte y Sabag Montiel, es que habían hecho al menos un intento previo de asesinar a la vicepresidenta el sábado 27 de agosto, el mismo día que el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta puso vallas en la cuadra de su vivienda, tras lo cual hubo una movilización masiva hacia allí que derivó en que a la noche ella diera un discurso en un escenario montado para esa ocasión. Los mensajes de la pareja hacen suponer que el plan era matarla cuando saliera a hablar. Sabag le decía a Uliarte: “No, no es que se dé cuenta, el tema es que hay una cámara de C5N y hay poca gente, y la gente se está yendo y el momento es ese, ahora ya es tarde, o sea son las 12 y ella salió a esa hora, y era a esa hora”. Otro mensaje de él insistía: “No, ya se metió adentro y el escenario, el anfiteatro lo sacaron. Le toqué la espalda a Axel Kicillof y se metió en un Toyota Etios, eh, y se fue, un quilombo. Ella está arriba pero no creo que salga, así que ya fue, dejá, voy para allá. Quédate ahí, no traigas nada”.

Esa última frase deja flotando la posibilidad de que fuera Brenda quien llevaba el arma, algo que los investigadores sospechan pudo haber ocurrido el 1 de septiembre, el día que Sabag Montiel finalmente intentó disparar pero falló. La jueza mandó a peritar la bolsa blanca que Brenda llevaba ese día, para establecer si allí estuvo la Bersa calibre 32, que la pareja también exhibió en fotos halladas en el celular del agresor. Con esa bolsa la mujer se fue del lugar haciéndose la distraída cuando a Sabag se lo llevaban primero los militantes y luego la policía. A la noche durmió en la casa de un exnovio, que entregó lo que ella dejó ahí al juzgado.

Financiamiento

Uno de los grandes interrogantes de la causa es quién financiaba y, eventualmente, orientaba o daba instrucciones al grupo de sospechosos, lo que todavía está en etapa de reconstrucción. En ese sentido, resultó sugerente un mensaje de Uliarte hallado en su teléfono: “Si me falta plata ya sé a quien recurrir”, le dijo a una amiga. La jueza ordenó levantar el secreto bancario de los investigados que tengan cuentas y analizar movimientos de aplicaciones como Mercado Pago.

Fuente: Página 12 – Irina Hauser y Raúl Kollmann

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