Mondelez es una emrpesa gigante de Estados Unidos con presencia en 150 países. En Argentina, fabrican y comercializan: Oreo, Club Social, Cerealitas, Terrabusi, Pepitos, Express, Milka, Cadbury, Shot, Tita, Rodhesia, Beldent, Bubbaloo, Halls, Tang, Clight y Royal. Cuenta con dos plantas en Pacheco y en Villa Mercedes San Luis y acaba de vender su tercera planta de Victoria a Georgalos. Esto no significa que Mondelez se retire del país, es un acuerdo que potencia a las dos marcas y sigue siendo una empresa top five en empresas alimenticias del país y la segunda empresa de snack del país.

Mantecol vuelve a manos argentinas tras 21 años

El plan del grupo, según afirmaron en ese momento, era utilizar esos fondos para inversiones en activos físicos y bienes de capital situados en el país, incluyendo compra de equipos de alta tecnología para sus plantas de Río Segundo y Luján, refinanciación de pasivos e integración de capital de trabajo en el país. Cuatro meses después se realiza esta operación. En la actualidad el 85% del capital accionario de Georgalos sigue en manos de la familia fundadora.

La envergadura de la operación es tal que también adquirió marcas como Bazooka, Palitos de la Selva, Lengüetazo y Jirafa. Si bien los chiclets Bazooka fueron creados en Estados Unidos en 1947, en 1958 llegaron al país de la mano de Stani.

La historia de Georgalos

Desde el 17 de enero de 2001 que la familia Georgalos le vendió su joya a Cadbury, hoy Mondelez, todos los días soñaron con recuperarla. Convertida en un genérico, Mantecol fue creada por Miguel Georgalos en 1940 en su casa de Floresta. Cuentan que una vecina fue quien dio la idea del nombre.

Georgalos construyó su poder gracias a la receta del halvá, pero para poder replicarlo en la Argentina tuvo que reemplazar los ingredientes originales por pasta de maní. El éxito de este producto les permitió crecer, y pese al mal momento vivido en 2001, tienen seis plantas en La Rioja, Córdoba, Buenos Aires y San Luis. Georgalos factura 10.000 millones de pesos en bruto. Su cadena de valor comienza con la producción de maní en Córdoba que se exporta a los cinco continentes. La cartera de productos también cruzó la frontera y cada vez llega a más países.

En 2008, esta empresa familiar argentina pudo sacar un producto similar a Mantecol para poder hacerle frente a su competidor y lanzó Nucrem que hoy retiene el 20% del mercado.

Algunos dicen que Mondelez modificó la receta original, basta esperar para ver que hará Georgalos, si volverá al sabor original que muchos conocieron en su infancia.

La historia del mantecol

Pasaron varias décadas pero todos recuerdan el jingle “Por la vida contento voy, saboreando el rico Mantecol” que cantaban los queridos personajes de Manuel García Ferré. Los avisos no faltaban en ningún número de Anteojito. El postre de maní creado por Georgalos en 1940 se convirtió en un genérico. Infaltable en las mesas navideñas, sus ventas nunca pararon de crecer por décadas.

La historia de la creación de Mantecol, es la vida misma de unos inmigrantes provenientes de Polonia que escapando de la ocupación alemana trajeron el secreto del postre de maní derivado del halvá. La familia Georgalos vivía en la isla griega de Chios, trabajaban un negocio de ramos generales que les permitió mandar a su hijo Miguel a estudiar pastelería. Pocos días antes de la ocupación se subió a un barco y terminó en Buenos Aires en setiembre de 1939.

Cuentan que Miguel levantaba bolsas en el puerto, mientras pensaba como crear su negocio propio, como sus padres. Pensó que quizás podría traer “halvá”, ese postre que había aprendido a hacer y que tenía gran fama en Medio Oriente. Si bien no encontró pasta de sésamo, se animó a probar con el maní, después de probar la garrapiñada. Probó, le gustó su adaptación y comenzó a venderlo, junto a su esposa, la santiagueña Marcela Brandan. En su casa de Floresta lo fabricaban y vendían. Una vecina les dijo que se parecía a un pan de manteca y ahí nació el nombre Mantecol.

 

 

Dicen los que saben que las ventas eran un éxito, se mudaron y ahorraron para comprar la vieja cancha de All Boys y ahí inauguraron su primera planta La Greco Argentina. Su objetivo era traer a la Argentina a toda su familia y lo logró.

El éxito era increíble, no habían pasado más de dos décadas de su llegada al país cuando decidió autoabastecerse de maní. Compró un campo en Córdoba y luego la antigua cervecería Río Segundo. Para ese entonces su fábrica ya se llamaba Georgalos.

 

Fuente: BAEnegocios