El anticipo del invierno vistió de blanco el cerro Catedral, con nieve hasta la base, y colmó las expectativas de cientos de turistas que llegan hasta el emblemático complejo a disfrutan de la experiencia, impensada en días de baja temporada.
También algunos comerciantes e instructores de esquí empezaron a trabajar en fechas en las que solían permanecer ociosos. Algunos sí recuerdan que “hace muchos años la nieve llegaba siempre a mediados de mayo” y en 2020 nevó desde temprano y en abundancia, pero el turismo estaba bloqueado por la pandemia y solo lo pudieron aprovechar los esquiadores residentes.
Una intensa nevada a fines de abril, que permitió abrir las pistas altas de la montaña un par de días, ya había dejado buenas señales, que se confirmaron con otra precipitación abundante hace diez días. El factor clave esta vez fueron las fuertes heladas posteriores, que consolidaron el manto blanco y generaron las condiciones ideales para el uso de trineos y también para improvisar cortas bajadas con esquíes o snowboard en la pista de “principiantes”.
Micaela Tellería trabaja en el local de alquiler de equipos Mountain Guardian y dijo que tuvieron buena demanda en los últimos días, porque “la gente sabe que el cerro está muy lindo y viene a disfrutar”. Señaló que ese comercio es de los pocos que está abierto todo el año: en verano venden y en invierno la demanda es para alquileres. Un equipo completo de botas, campera, pantalón, antiparra, guantes y trineo cuesta 3.000 pesos por día.
Por ahora el único medio de elevación habilitado por la empresa concesionaria es la telecabina Amancay, que transporta solo peatones, hasta los 1.850 metros. Allí el único servicio es el que ofrece el restorán La Roca y también se pueden realizar cortos paseos por la nieve.
En unos días más también quedará habilitada la aerosilla Diente de Caballo, para brindar más opciones a los turistas, que no quieren irse sin jugar un buen rato en la nieve y llevarse decenas de fotos.
