Patricia Bullrich – Caricatura Pablo Temes
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, firmó una resolución para la creación de una Unidad Especial de Agentes Encubiertos dentro de su cartera. Este nuevo grupo, que operará como una suerte de «tropa de espías», estará integrado por agentes de distintas fuerzas federales y tendrá como objetivo colaborar en investigaciones complejas, particularmente aquellas relacionadas con el crimen organizado y otros delitos de alto impacto.
Lo que distingue a esta unidad es su enfoque en el trabajo encubierto, utilizando métodos tanto «físicos como digitales», lo que implica la creación de perfiles ficticios para los agentes, quienes contarán con hojas de vida, historiales de redes sociales y una completa identidad falsa para infiltrarse en actividades ilícitas.
Patricia Bullrich – Caricatura Agencia Nova
La resolución también señala que la Unidad no requerirá de partidas presupuestarias adicionales, ya que utilizará recursos dentro del ámbito de las fuerzas de seguridad existentes.
Sin embargo, la creación de esta nueva división ha levantado fuertes interrogantes sobre su funcionamiento y legalidad. La resolución establece que los espías estarán destinados a la investigación de delitos complejos, pero no menciona de manera explícita que dependerán de autoridades judiciales.
En lugar de eso, la Unidad entregará al Poder Judicial un listado de los agentes que estarán trabajando en operaciones encubiertas, lo que ha generado preocupación sobre la supervisión y el control de sus actividades.
En este contexto, muchos advierten que la nueva estructura podría cruzar límites delicados entre la seguridad y el abuso de poder, al no especificar con claridad los protocolos de actuación y supervisión judicial sobre las operaciones.
Si bien la ministra Bullrich defendió la medida, argumentando que es necesaria para combatir el crimen organizado de manera eficiente, sectores de la oposición y organismos de derechos humanos expresaron su preocupación por los riesgos de espionaje político y la falta de control externo.
El anuncio de la creación de esta Unidad se produce en medio de un clima de creciente tensión sobre el uso de fuerzas de seguridad y la transparencia en las investigaciones judiciales.
La nueva división, con su capacidad para operar de manera encubierta y autónoma, representa una jugada audaz de la ministra Bullrich en su estrategia de lucha contra el crimen, pero también deja en evidencia las dudas sobre los límites legales y éticos de su implementación.
Fuente: Agencia NOVA