Por Sofía Rojas
El mensaje lo dio desde la fábrica Ford de Pacheco, en la provincia de Buenos Aires, donde junto al ministro de Economía, Sergio Massa, y el secretario general del SMATA, Ricardo Pignanelli, anunció la promulgación de la Ley de Promoción de la Industria Automotriz.
«Vivimos un cimbronazo como sociedad con lo que pasó a Cristina, y eso debe hacernos reflexionar sobre la necesidad de trabajar juntos. Le costó demasiado a la democracia para que a esta altura de los acontecimientos no seamos capaces de hablar los que no pensamos lo mismo», afirmó el mandatario.
El Presidente inició su discurso con la felicitación a la compañía autopartista que cuenta con un tercio de mujeres trabajadoras en plata, y manifestó la centralidad de potenciar la industria para la generación de empleo y el ingreso de divisas.
«El 70% de lo que se produce aquí se exporta. Esos son dólares que ingresan al país y que ayudan a mejorar nuestra economía. Francamente, creo como Sergio Massa y Cristina Kirchner, que la realidad de la industria es lo que verdaderamente más fortalece al desarrollo de la economía argentina», destacó.
Además, lanzó: «Cuando nosotros deponemos intereses mezquinos y nos obligamos a trabajar juntos. Nos puede ir muy bien«.
«Un diálogo se genera con todos, no con los que pensamos lo mismo. Porque si excluyo a alguien estoy imponiendo un monólogo», afirmó al tiempo que propuso «animarse» a dialogar, y se plegó al pedido de diálogo que encabeza el ministro del Interior, Eduardo «Wado» de Pedro.
Salvo el radicalismo, desde Juntos por el Cambio desestiman la convocatoria, y aseguran que no existió tal llamado al intercambio.
A pesar de eso, Alberto Fernández, en línea con lo expresado por la vicepresidenta tras su reaparición pública, exclamo: «Lo que hace falta es hacer lo que hicieron los diputados y los senadores, animarse a dialogar, animarse a encontrar consensos y garantizarle a la Argentina una ley que le da a la industria automotriz la previsibilidad que necesita para seguir creciendo”.
La exmandataria habló ayer por primera sobre el atentado que sufrió en las imnediaciones de su casa, en Juncal y Uruguay, cuando Fernando Sabag Montiel gatilló un arma centimetros de su cabeza. «Siento que estoy viva por Dios y por la Virgen», reveló, y contó que el Papa Francisco se comunicó con ella al día siguiente del atentado.
En la misma sintonía, se expresaron desde su entorno al deslizar que estaría dispuesta a aceptar un encuentro con el expresidente Mauricio Macri. El senador Oscar Parrilli fue el más concreto: «Ella nunca ha puesto límites para nada. No quiero hacer elucubraciones, el tiempo lo dirá, pero ella no ha puesto límites».