En este punto de la provincia de Entre Ríos disfrutamos de buen pique de dorados.
Por Luis O. Ventimiglia
Llegamos a su casa que está enclavada a la vera de uno de los canales del lugar, allí tiene un muelle propio desde donde embarca a quienes contratan sus servicios. Cargamos nuestros equipos y una vez listos, subimos al comodísimo y seguro trucker que posee, equipado con un motor 140 hp, 4 tiempos, más un adicional eléctrico a control remoto, que para cuando llega el momento de garetear, es muy útil.
Navegamos muchísimo por canales como el Martínez, el Sagastume, Paranacito, Canal San Martin, Galofre, Gutiérrez y Paraná Bravo. En todo ese recorrido de aproximadamente 135 km, fuimos casteando en lugares estratégicamente elegidos para garetear por Panchi, quien acomodaba con destreza el trucker a unos 30 metros de la costa desde donde hacíamos lances hacia la orilla, entre hermosos palos, con muy lindas correderas, donde se notaba actividad del rey de los ríos. Muchísimos piques de dorados, muy poblado de juveniles, los que realizan el feroz ataque a los señuelos, pero muchas veces nos dejan con las ganas, porque al ser algunos tan chicos, la clavada no suele dar efecto.
Logramos más de una docena de dorados, destacándose uno de 3,800 kg, ejemplares que, como es obligación en esta especie, y como siempre pregonamos, fue con devolución en su totalidad. Ojalá cuidemos lo que el rio nos está dando esta temporada y que tantos dorados pequeños lleguen, gracias a nuestras devoluciones, a ser en un par de años peces de 4 o 5 kilos. El río está con mucha vida, como hacía mucho no se lo veía, totalmente superpoblado y que depende de nosotros el futuro.
La vedette de los señuelos fueron los Rubí, tanto el Jerk como la banana o el Saar, son los que nos dieron más efectividad en el momento de los lances y clavadas.
Más tarde fuimos hacía unos bancos de arena cercanos a Nueva Palmira, donde había cardúmenes de sábalos rodeados por doradillos que los atacaban sin parar. Allí fue otro momento hermoso de spinning y baitcasting, con idénticos resultados. Nos habíamos guardado para el final un momento en el que haríamos un intento con las tarariras, pero no tuvimos suerte, porque al primer canal que quisimos dirigirnos, los bancos estaban tan bajos que no pudimos ingresar, y otros dos canales a los que intentamos probar de regreso, uno estaba lleno de camalotes que nos impedían el paso hacia el interior del mismo y el otro, con muy poca agua y no pudimos navegarlo hasta el lugar donde reside esa tan deportiva especie. Sin dudas, esta especie quedo pendiente para la próxima visita.
En verdad, Villa Paranacito es un sitio ideal para pasar una jornada espectacular, con buena pesca, rodeados de una naturaleza que te cautiva, y la posibilidad de disfrutar, como hicimos en esta salida, de un asado en la isla, una de las partes más lindas de este deporte, compartiendo con amigos. Una temporada que pinta muy promisoria, sólo falta que levante un poco el nivel del agua, para que sea perfecta.
Servicios:
- Guía de pesca: Panchi Viola, Tel.: (011) 5935-1333.
Fuente: Weekend.perfil.com