Es un salvavidas para los vecinos. Incluso antes de la guerra con Rusia, el acceso a atención médica especializada sólo estaba disponible para los que podían llegar a la ciudad, aunque la localidad, cerca de la ciudad oriental ucraniana de Sloviansk, sí tenía un médico de atención primaria.
Ahora la clínica local ha sufrido daños por la guerra y sus vecinos se han quedado sin apenas acceso a atención médica, y en particular a especialistas.
“No hay médico. Estamos sin médico. Nos dejaron solos”, dijo entre lágrimas Mariia Hrebrenko, de 79 años, mientras un médico le tomaba la tensión y trataba de calmarla con suaves palmaditas en la mano. “Nadie nos ayuda”.
Las dificultades para conseguir atención médica han hecho que se agraven enfermedades previas que podrían haberse tratado con facilidad con atención médica habitual, explicó Bohdan Avramenko, un cardiólogo de 27 años que es el coordinador médico de FRIDA Ukraine, una organización ucraniano-israelí médica de ayuda.
Los equipos también han diagnosticado lo que parece una tasa creciente de cáncer, señaló. “El acceso limitado a los especialistas, el acceso limitado a ultrasonidos, a controles de cáncer, provocan muchos, muchos, muchos nuevos diagnósticos de cáncer”.
Una voluntaria médica de FRIDA Ukraine busca medicamentos para un paciente mientras presta atención médica especializada a civiles en la localidad de Khrestysche, en la región de Donetsk, Ucraia, el domingo 19 de marzo de 2023. (AP Foto/Evgeniy Maloletka)
El grupo, formado por médicos voluntarios, ha prestado atención especializada en clínicas móviles en poblados y ciudades cerca del frente y en zonas recuperadas hace poco por fuerzas ucranianas. Dependiendo del lugar, pueden ver entre unas pocas docenas y 250 pacientes al día, y tratan de regresar a los lugares que ya han visitado una vez al mes para hacer un seguimiento de los pacientes.
Los equipos de voluntarios gestionan las clínicas móviles en poblados sobre todo durante los fines de semana, porque entre semana trabajan en hospitales públicos y privados en otras zonas del país.
Trabajadores voluntarios de FRIDA Ukraine atienden a pacientes mientras prestan atención médica especializada a civiles en el pueblo de Khrestysche, en la región de Donetsk, Ucrania, el domingo 19 de marzo de 2023. (AP Foto/Evgeniy Maloletka)
Joseph Farkas, de 61 años, es paramédico, enfermero y expolicía de Nueva York. Lleva ocho meses trabajando con FRIDA y ayuda a atender a familias en refugios antiaéreos en localidades golpeadas por los proyectiles, y en pueblos por los que no ha pasado un médico en meses.
“Quiero ayudar”, dijo. “Obviamente, lo que ocurre aquí, que el ejército ruso invada Ucrania, está mal. De modo que quería hacer mi parte para ayudar a la gente aquí”.
La clínica de voluntarios “es muy importante”, afirmó mientras esperaba para ver a un médico. “Tenemos muchos ancianos y no tienen la oportunidad de salir e ir a la ciudad”.
Una de ellos era Lyubo Rimar, de 74 años, que esperaba con paciencia para ver al endocrino. No se había sentido bien en toda la mañana, dijo, y sentía mucha presión en la cabeza.
“Por supuesto que esto es importante”, dijo de los servicios del grupo voluntario. “Somos mayores, y todas las enfermedades vienen a nosotros”.
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Vasilisa Stepanenko contribuyó a este despacho.
Fuente: AP