Según un reciente informe de Prisma Medios de Pago, entre junio y agosto continuó el crecimiento interanual en la cantidad de transacciones con tarjetas de crédito y débito. Las de crédito crecieron 10% y las de débito, un 23%, comentó Julián Ballarino, jefe de relaciones institucionales de la firma.
Las compras con tarjeta de débito se mantuvieron por encima del 50% del volumen general de ese tipo de tarjetas por tercer trimestre consecutivo, mientras que los Planes Ahora continúan su tendencia de crecimiento en la participación del consumo con tarjeta de crédito.
A partir de qué monto AFIP controla tus gastos con tarjeta en agosto
A través de la resolución, se elevó de $30.000 a $90.000 la cifra mínima para informar las acreditaciones, extracciones, saldos de las cuentas y los depósitos a plazo fijo.
Con estas modificaciones, los bancos podrán agilizar las operaciones y a su vez, recibirán información automática y permanente de las acreditaciones mensuales, extracciones, saldos de las cuentas, los depósitos a plazo y consumos con tarjetas.

Mientras que la suba de tasas de interés por parte del Banco Central de la República Argentina (BCRA) tendrá impacto en el costo de financiarse a través de las tarjetas de crédito ya que el tope de la tasa nominal anual (TNA) pasó del 43% a 49% desde el pasado 6 de enero.
El BCRA subió los tipos de interés para las Leliq (Letras de Liquidez) y los plazos fijos, lo que también obligó a mover la TNA de las tarjetas de crédito. Como 49% es el máximo de TNA que pueden aplicar las entidades, queda en estas si aplican un interés menor a sus clientes.
Por otra parte, el refinanciamiento de los saldos de las tarjetas de crédito es del 53% nominal anual. Dos puntos por encima de lo que era hasta ahora. De todas formas, cuando se añaden los costos asociados (IVA y las comisiones bancarias), el valor total supera el 80% anual.
Ese Costo Financiero Total depende de cada banco, pero el promedio asciende al 81% anual. Es decir, por encima de la inflación (58% interanual). Pero por detrás de lo que cuesta en los mismos bancos un préstamo para el consumo (personal), que en el mejor de los casos se encuentra algunos puntos más arriba que el 90% anual.
Esto significa que una persona que debe refinanciar sus gastos, le conviene hacerlo con su tarjeta (pagando el mínimo, por ejemplo) antes que sacar un crédito personal en un banco.
Fuente: iProfesional