Rodolfo Tarraubella, presidente de la fundación Ecoconciencia
Por Rodolfo Tarraubella (*)
En un contexto donde las tensiones geopolíticas elevan el riesgo de una guerra nuclear a su nivel más alto en décadas, cada país persigue su propia seguridad sin considerar a los demás, generando una incertidumbre global que nos amenaza a todos. Casi ocho décadas después de la devastación de Hiroshima y Nagasaki, las armas nucleares siguen representando un peligro grave para la paz, con un poder y alcance cada vez mayores.
El Informe sobre Riesgos Mundiales, elaborado por el World Economic Forum, en colaboración con Marsh McLennan y Zurich Insurance Group menciona que, en un escenario marcado por rápidos cambios tecnológicos, incertidumbre económica, calentamiento global y conflictos socioambientales, la cooperación internacional se ve sometida a una creciente presión, caracterizada por la polarización de los discursos, la erosión de la confianza y la inseguridad generalizada.
Asimismo, la ONU en su comunicado de prensa del 18 de marzo del 2024 titula diciendo “El riesgo de guerra nuclear alcanza su punto más alto en décadas”.
Nos referimos a un conflicto socio ambiental cuando existe enfrentamiento entre dos o más personas, grupos u organizaciones –por lo general se trata de miembros de la sociedad, el Estado y las empresas privadas-, por intereses que creen que son contrapuestos, lo sean o no, exista daño o no, y en el que se encuentren en juego, tanto grupos humanos como recursos naturales.
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En este delicado contexto, donde la desinformación se propaga en sociedades que ya se han debilitado social, política y económicamente en los últimos años, surgen propuestas que buscan paliar estas problemáticas, desde el diálogo pacífico. Este es el caso del Sistema de Transparencia Comunitaria, una metodología única en su tipo que se opone al uso de la violencia como herramienta para la resolución de conflictos. Creamos un formato de trabajo comprometido con la verdad y la Paz y bajo el objetivo de desarrollar futuro para las nuevas generaciones.
En este sentido, el sistema busca gestionar, transformar y mitigar este formato tan específico de pugna a partir de: empoderar a las comunidades, y capacitar a las empresas y al gobierno. De esta forma, se facilita el diálogo y la negociación, introduciendo claridad al intercambio -construyendo capacidades relacionales-, al mismo tiempo que se mitiga el conflicto.
Puentes de diálogo para la tolerancia
Observamos los reclamos explícitos, pero también entendemos los implícitos. Percibimos lo que está en juego entre lo que se dice y lo que realmente se siente. Este proceso permite iniciar el trabajo en la comprensión, que requiere tiempo y esfuerzo de las partes involucradas. Así es como se establecen conexiones emocionales que conducen a una mesa de diálogo. Para esto, de forma preliminar, identificamos los temores y necesidades de la población, así como la posición de la empresa, la cual auditamos previamente. Esto nos permite intervenir o negociar en cambios significativos.
El sistema brinda respuestas a la necesidad de armonizar los acuerdos vigentes y garantiza la Paz social en la comunidad donde se produce el conflicto; facilitando la interacción entre las partes, a través de una mesa de diálogo en la que se gestionan y construyen tanto lazos emocionales positivos, como entendimiento y acuerdo de los intereses, que permiten pensar al otro.
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Asimismo, esta metodología tiene un mecanismo de participación comunitaria -en construcción permanente- que contiene la normativa, las guías de procedimiento y de auditoría, así como Protocolos de: Transparencia, Consulta, y Reclamación (quejas y sugerencias), que permiten diferenciar al verdadero luchador social del delincuente oportunista.
El Sistema de Transparencia Comunitaria ha sido reconocido por el PNUD, (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo), CIRDI (Instituto Canadiense para el Desarrollo de los Recursos Naturales Internacionales), y SEPA, (Agencia de Protección Ambiental Sueca), invitando a sus participantes a la Ciudad del Saber, Panamá, participando del Taller Gobernanza Ambiental Participativa para la Gestión Sostenible de los Recursos Naturales en la Región Latinoamericana y del Caribe.
(*) Rodolfo Tarraubella es presidente de la Fundación EcoConciencia.
Fuente: Agencia Nova
