Un hombre acusado de transportar 1,5 kilos de marihuana fue ahorcado este miércoles, la segunda ejecución en tres semanas. Organizaciones de derechos humanos califican lo ocurrido como “escandaloso”.
Con ellos llegaron a 13 el total de personas que han sido llevadas a la horca desde que en marzo de 2022, tras dos años y 4 meses de pausa, se retomaran estos castigos. Las autoridades singapurenses aseguran que se trata del mejor disuasivo contra el narcotráfico. Sin embargo, organizaciones de derechos humanos calificaron la ejecución como «escandalosa”, y la ONU pidió no realizarla porque había dudas sobre las garantías del proceso judicial.
En 2022, Singapur ejecutó a un hombre con discapacidad intelectual acusado de traficar heroína, una sentencia que desató airadas críticas de la comunidad internacional.
Singapur es un país conocido por las estrictas normas que rigen el día a día. El chicle está vetado, hacer grafitis es penado con cárcel y azotes (en 2015 hubo un sonado caso de dos alemanes que sufrieron el castigo) y escupir en la calle no solo es mal visto, sino que además está estrictamente prohibido. Para las drogas la cosa es, como es posible imaginar, mucho peor. Cualquiera que sea descubierto portando más de 15 gramos de heroína, 30 de cocaína o 500 de marihuana, puede contar con que será condenado a muerte.
Fuente: Diego Zúñiga (AFP, EFE)