Este miércoles por la noche partirán desde Ezeiza hacia Washington el jefe de Asesores del Ministerio de Economía, Leonardo Madcur, y el secretario de Hacienda, Raúl Rigo, dos funcionarios clave del equipo económico. Será la segunda señal concreta que envía Sergio Massa para acelerar el cierre de la negociación con el Fondo Monetario Internacional, luego de haber mandado una avanzada integrada por el viceministro, Gabriel Rubinstein, y por el vicepresidente del Banco Central Lisandro Cleri.
La gradualidad de las negociaciones presenciales es parte de la estrategia que el también precandidato presidencial del oficialismo diseñó para pisar sobre terreno firme y evitar quedar desairado en medio de la campaña electoral. Sabe que deberá hacerse cargo de la gestión y de las recorridas para conseguir votos, a pesar del desgaste que le genera en lo cotidiano. En el FMI valoraron la vocación por ambos roles y se convirtió en el principal bastión para una remodelación del acuerdo, a pesar del fracaso de las metas estipuladas de manera original.
Hasta el momento, no hubo novedades sobre el punto de las negociaciones. El hermetismo ganó el quinto piso del Palacio de Hacienda, aunque la confirmación del viaje de Madcur y Rigo, de parte de una fuente calificada que dialogó con PERFIL, sirvió como certeza de avance, a pesar de las tensiones en torno al ajuste fiscal que todavía reclama el Fondo.
Hubo otras dos señales inequívocas hacia la capital estadounidense: en la primera parte del día habló, vía zoom, con el secretario de Estado de la Cancillería Federal Alemania, Jörg Kukies; y con el asesor económico internacional del Consejo Nacional de Seguridad de EEUU, Myke Pyle. A ambos, representantes de dos países clave en la mesa del Fondo, les pidió el respaldo para cerrar el nuevo acuerdo con el FMI.
La crisis de los dólares convierte en urgente al cierre
Ninguna fuente quiso arriesgar la partida de Massa hacia Washington. Una alternativa cierta es un viaje el jueves por la noche para firmar el acuerdo el viernes. De ser así, llegaría con los tiempos justos para que el board del Fondo le dé el visto bueno antes del receso del verano boreal que se toma el organismo multilateral de crédito. Hace un año, la directora gerente, Kristalina Georgieva, debió postergar sus vacaciones para recibir a la entonces ministra Silvina Batakis, quien debió hacerse cargo del Ministerio de Economía tras la salida de Martín Guzmán. Al regreso de ese viaje, Massa se hizo cargo del Palacio de Hacienda.
“El equipo del FMI y una delegación argentina comenzaron las reuniones técnicas presenciales esta tarde (martes) en Washington D.C., para avanzar en la quinta revisión del programa respaldado por el Fondo. Se espera que estas reuniones continúen durante los próximos días. Comunicaremos más detalles a su debido tiempo”, dijo un portavoz del Fondo, ante la consulta de PERFIL. De ahí en más, los negociadores argentinos tuvieron al ministro al tanto de cada punto en debate.
Lo fundamental está en el desembolso de junio, más un complemento de lo que queda para el resto del 2023. El objetivo es atravesar las tensiones cambiarias, típicas de una renovación en la Casa Rosada, sin sobresaltos. De lograrlo, Massa tomará valor para mostrar otra cara de la gestión: conducción de un barco a punto de encallar, casi de manera constante. El antecedente durante el cierre de la gestión de Mauricio Macri, con un resultado adverso en las PASO que abrió la puerta a una devaluación y a una fuga de capitales, se convirtió en el objetivo, de mínima, a lograr.
Menos gastos, pero más inversión, la clave del apoyo pyme
Mientras que las negociaciones en Estados Unidos avanzan, el candidato de Unión por la Patria intensificó su campaña a través de la gestión. Alejado de los reclamos de mayor ajuste en las cuentas del Estado, Massa se mostró inaugurando obras públicas, con inversiones en seguridad y en deportes, y cerró la jornada junto a empresarios de sectores productivos, a los que les anunció reducción de impuestos y mayor financiamiento para estirar la llegada de la recesión anunciada por varios analistas y economistas, impactados por el shock negativo de la sequía en todas las cadenas de valor argentinas.
El jefe del Palacio de Hacienda anunció un paquete de medidas impositivas destinado a más de 515.000 micro, pequeñas y medianas empresas, que incluye beneficios en el pago de contribuciones patronales y de los anticipos en el impuesto a las ganancias, y exclusiones de percepciones y retenciones de IVA, señalaron desde el Mecon. Además, presentó la ampliación del programa Potencia PyMEX, para impulsar el perfil exportador de las pequeñas y medianas empresas, y puso en marcha una línea de financiamiento para el desarrollo de empresas argentinas en la Economía del Conocimiento.
Aprovechó la ocasión para pedir el respaldo de las pymes, cuando les pidió que militen las buenas nuevas que se llevaron del acto que se hizo en el Ministerio de Economía. Hasta allí fueron los representantes de las entidades productivas más poderosas, como la UIA y la Cámara de la Construcción. Pero fue el presidente Industriales Pymes Argentinos (IPA), Daniel Rosato, el que explicitó el respaldo: “Nos sentimos escuchados y las respuestas también demuestran la importancia que le otorga a las fábricas pymes. Habla de una política y un modelo industrial que nosotros venimos reclamando y, por eso, nos fuimos muy conformes de una reunión, en donde pudimos agradecerle las decisiones que tomó en favor de las pymes, como también tuvimos la libertad de plantearle nuevos desafíos que urgen a las fábricas”. Massa sabe que su pelea por la caja chica que le permita hacer campaña con plata es irrenunciable.
Fuente: TELAM – Perfil