Por Gerardo Choren
Durante el acto, en el que participaron el gobernador neuquino Omar Gutiérrez y el gobernador electo de esa provincia Rolando Figueroa, se suscribió el convenio, que prevé una inversión del Tesoro Nacional de más de $20.000 millones de pesos.
Las obras tendrán una duración de 25 meses y, una vez concluidos, permitirán reactivar el funcionamiento de la planta de producción de agua pesada más grande del mundo, que se encuentra paralizada desde 2017, resaltó Economía, en un comunicado.
Durante el encuentro, Massa afirmó que la iniciativa representa «la construcción de una política de Estado», a través de la cual «se trata de impartir de manera inteligente los recursos para
generarle fortaleza y músculo al Estado en la investigación, en el desarrollo de valor agregado y en el fortalecimiento de reservas».
Por su parte, la la secretaria de Energía, Flavia Royón, sostuvo que esta planta «sin duda es un hito y pone en valor todo el conocimiento argentino en materia de energía nuclear».
«La puesta en marcha de la planta de agua pesada tiene una gran significancia por las posibilidades no tan sólo de proveer agua pesada para la tecnología de las plantas nucleares que hoy tiene Argentina, sino también por las posibilidades futuras de exportación», resaltó.
La puesta en funcionamiento de PAP es fundamental para la producción de 485 toneladas que se necesitan para garantizar la provisión de agua pesada para las centrales Atucha I, Atucha II y Embalse, hasta el fin de su vida útil, explicó el Palacio de Hacienda.
En la firma del acuerdo estuvieron presentes Ricardo Casal, secretario de Legal y Administrativa del Ministerio de Economía; Adriana Serquis, presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica; Alejandro Monteiro, presidente de ENSI; los diputados nacionales Tanya Bertoldi y Guillermo Carnaghi; Florencia Álvarez Travieso, subsecretaria de Coordinación Institucional de la Secretaría de Energía y Federico Enríquez, jefe de gabinete de Energía, entre otros.