19 marzo, 2024 01:09
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PANDO, EL ORGANISMO MÁS GRANDE DEL MUNDO, SE DESINTEGRA

Aunque se desconoce la edad exacta de Pando, una verdadera «colección» de clones, los científicos creen que probablemente se remonta al final de la última Edad de Hielo.

Aunque la colonia de Pando, o el gigante temblón, en lo profundo de los bosques del centro de Utah, en Estados Unidos, parece una franja apretada de álamos, se considera en gran medida una única planta gigantesca que tiene la distinción de ser el mayor ser vivo del mundo. Ahora, este organismo de 40.000 álamos temblones –el único que se cree que procede de la misma raíz– parece estar fragmentándose como resultado del sobrepastoreo.

En concreto, un nuevo estudio ha identificado las formas en que «el bosque de un solo árbol», que cubre más de 430.000 metros cuadrados, se está fracturando en individuos más pequeños.

Pando: sistema de raíces compartido

La colonia de Pando se trata en realidad de un grupo de tallos genéticamente idénticos con un sistema de raíces compartido, y por tanto constituye un único organismo. Ahora, ciervos y el ganado, que mastican los nuevos brotes de los árboles, impiden que los árboles moribundos sean reemplazados. No obstante, esta amenaza parece ser más una consecuencia de la intervención humana.

«Para el ojo inexperto, parece que los ciervos y el ganado son los villanos aquí, pero ambas especies están muy manipuladas por los humanos», dijo a Vice Paul Rogers, ecólogo de la Universidad Estatal de Utah que publicó un estudio reciente sobre el Pando en desintegración en la revista Conservation Science and Practice.

Vallado: esfuerzo humano tiene el efecto contrario

Tras analizar 64 parcelas en la zona, Rogers descubrió que estos animales no son los culpables de su agotamiento. Más bien, los esfuerzos del gobierno por eliminar depredadores como los osos y los lobos de estados como Utah, Montana y Wyoming han desequilibrado el sistema natural.

Así, el nuevo estudio señala que el vallado diseñado para mantener alejados a los animales no ha tenido pleno éxito en sus objetivos, por lo que, para preservar a Pando para las generaciones futuras, será necesario un nuevo enfoque, sugiere el nuevo estudio.

Los éxitos iniciales dentro de las zonas valladas se ven atenuados por casi la mitad de Pando que sigue sin protección frente a la herbivoría crónica salvaje y doméstica.

«Los éxitos iniciales dentro de las zonas valladas se ven atenuados por casi la mitad de Pando que sigue sin protección frente a la herbivoría crónica salvaje y doméstica».

«Los hallazgos muestran que el Pando, genéticamente uniforme, se está ‘rompiendo’ debido a la herbivoría y al vallado», afirmó Rogers.

«Quitamos los depredadores y elevamos el número [de animales de presa] para que la gente a la que le gusta cazar o ver animales tenga más éxito», agregó. Por desgracia, esto ha dado lugar a un mayor número de ciervos, que están más domesticados y son más sedentarios que los ciervos salvajes abandonados a su suerte. «El exceso de ciervos es un gran problema», advirtió Rogers.

50 % del rodal sigue sin vallar

Además de esta alteración, según la nueva investigación, el problema del vallado, por otra parte, también corresponde a falencias en la medida: y es que solo el 16 % de Pando está debidamente vallado. Dentro de esta zona protegida, los álamos jóvenes pueden alcanzar la madurez y sustituir a los árboles moribundos. Sin embargo, alrededor del 50 % del rodal sigue sin vallar, lo que significa que el crecimiento en esta zona sigue siendo escaso.

Del mismo modo, mientras la mayoría de los nuevos brotes que aparecen mueren sin ser reemplazados, según explica el estudio, la cantidad de luz solar que llega al nivel del suelo aumenta, cambiando la composición y la biodiversidad del organismo.

Como especie clave, el álamo temblón constituye la base de todo un ecosistema y sostiene a cientos de otras especies.

Como especie clave, el álamo temblón constituye la base de todo un ecosistema y sostiene a cientos de otras especies.

Vallado divide el Pando en tres secciones

Considerando todos los factores, todo parece indicar que más vallas probablemente no sean la solución, ya que, según Rogers, el vallado, además, está dividiendo el Pando en tres secciones, cada una de las cuales sigue su propio curso ecológico, en lugar de formar un bosque único y resistente.

«Creo que, si intentamos salvar el organismo solo con vallas, nos encontraremos intentando crear algo parecido a un zoo en la naturaleza», dice Rogers, quien agrega que los gestores deben, en cambio, intentar controlar la población de animales de pastoreo.

«Aunque la estrategia de vallado es bien intencionada, en última instancia tendremos que abordar los problemas subyacentes de demasiados ciervos y ganado que navegan en este paisaje», concluyó.

Fuente: DW

Editado por Felipe Espinosa Wang.

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