El actor Norman Briski abordó la situación actual de la cultura en Argentina, donde observó una tensión entre la creatividad y las restricciones del mercado y el poder. Según Briski, esta lucha es una historia cíclica en la que se intenta restringir el acceso a la cultura, en detrimento de los espacios independientes.
Briski destacó que en la provincia de Buenos Aires, las comunidades más vulnerables encuentran en el teatro y en el arte un reflejo de sus experiencias y problemáticas. “También tienen hambre de ver sus artistas, que están expresando y acompañando”, explicó. Según él, estas comunidades reciben con generosidad y solidaridad a los grupos artísticos que visitan sus localidades.
El actor también comentó sobre la controversia generada por su discurso en los premios Martín Fierro, donde fue denunciado por instigación al terrorismo. Al respecto, expresó: “Soy una víctima del terrorismo; estuve diez años fuera del país, expulsado por un estado genocida”. Para Briski, este episodio representa un intento de intimidar a quienes desean expresarse libremente, en una sociedad donde cada vez parece haber menos lugar para la libertad de expresión.
Finalmente, sobre la industria cinematográfica y la reducción de financiamiento al Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), Briski fue crítico, señalando que “en el arte no es así; en el arte se experimenta, se aprende y se debe apoyar”. En este sentido, lamentó la tendencia de medir la cultura en términos de mercado y éxito económico, recordando que el arte siempre ha sido una forma de resistencia y un medio de expresión de la realidad social del país.
Fuente: www.REALPOLITIK.com.ar (Facundo Quiroga)