Las islas privadas ya no son sólo un escondite secreto para los villanos de James Bond o los magnates navieros griegos. Imagen: Norbert Probst/imageBROKER/picture alliance
Ha habido protestas contra el turismo de masas en España, y en lugares como Lisboa, Praga y Ámsterdam han aumentado las tensiones entre visitantes y locales. Venecia incluso exige una tasa de entrada a los turistas. Algunas empresas creen tener la clave contra la masificación.
Aumentan las ventas de islas privadas
Las ventas de islas privadas «se han disparado desde la pandemia de COVID-19», dice Chris Krolow, fundador y director ejecutivo de Private Islands Inc., empresa con sede en Canadá, especializada en ventas y alquileres de islas privadas.
Krolow, conocido por el popular programa «Island Hunters» o «Cazadores de islas”, es un actor importante en el negocio de las islas privadas. Su empresa tiene alrededor de 600 islas a la venta. Los precios varían entre los 23.700 euros en Cayo Largo (Belice), hasta 160 millones de dólares por la isla Rang Yai, en Tailandia.
Con más de 25 años de experiencia comprando y vendiendo islas en todo el mundo, advierte que los compradores deben tener en cuenta los costos de funcionamiento de una isla, que «pueden incluir suministros, mantenimiento, reformas, personal y transporte de ida y vuelta desde la isla».
Empresas de viajes en busca de islas
Las empresas de cruceros, las cadenas hoteleras y otras compañías de viajes también invierten en destinos privados. Así matan dos pájaros de un tiro, porque ganan más dinero directamente del turismo y mantienen a los visitantes fuera de lugares superpoblados. Además, de esta manera controlan la experiencia turística completa y garantizan la calidad de las visitas, como las excursiones de un día en crucero.
Desde la década de 1980, Royal Caribbean tiene su propia isla en las Bahamas, llamada CocoCay. Recientemente, la empresa invirtió 250 millones de dólares en ella. También gestiona un complejo privado en Haití y está planificando otro en Vanuatu, en el Océano Pacífico. En la compañía afirman que alrededor de 2 millones de personas visitan sus destinos privados cada año.
En general, las empresas de cruceros han invertido casi 1.400 millones de euros en islas y complejos turísticos de playa privados en el Caribe desde 2019, ampliando o mejorando sus ofertas, informó recientemente Bloomberg. Hoy en día, supervisan al menos 15 islas y playas que cubren alrededor de 2.100 hectáreas en las Bahamas, Belice, la República Dominicana, Haití y México.