Las tropas ucranianas, animadas tras la captura la semana pasada de la aldea clave de Klishchiivka, elogiaron los obuses de 155 milímetros como equipo clave proporcionado por Estados Unidos y sus aliados de la OTAN.
El comandante de la unidad, Oleksandr, declaró que las fuerzas armadas ucranianas «dependen mucho» de la artillería pesada, incluidos el cañón Krab, de fabricación polaca, y el obús autopropulsado M109, de fabricación estadounidense.
«Incluso un cañón puede cambiar completamente la situación. Un ataque puede detenerse con uno de esos cañones», afirmó.
«Lo principal es apuntar donde sea necesario. Ellos (los rusos) odian nuestro armamento. Eso es lo que deducimos de nuestras interceptaciones. Oímos que les estamos causando un infierno y se preguntan cuánta munición nos queda».
Oleksandr, de 30 años, describió Klishchiivka -un pueblo en las alturas al sur de la devastada ciudad de Bajmut- como «uno de los lugares a los que se aferraban (los rusos)».
«Veremos qué es lo siguiente. Desarrollaremos nuestro éxito», expresó.
Los comandantes ucranianos describieron la toma de Klischiivka y la cercana Andriivka como peldaños para recuperar Bajmut, que cayó en manos de los rusos tras meses de algunos de los combates más intensos de la guerra.
Los avances han sido de los más significativos de la contraofensiva ucraniana, que comenzó en junio y ha luchado por romper las atrincheradas líneas rusas. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y funcionarios de alto rango han aplaudido los avances y rechazado las críticas de Occidente de que la contraofensiva avanza con demasiada lentitud.
(Reporte de Anna Voitenko; Escrito por Ronald Popeski, Reuters)