Las aves migratorias que llegan a esta laguna le dan vida y color a un paisaje único en medio de las imponentes montañas de los Andes. (Foto: Gobierno de Jujuy)
En la provincia de Jujuy hay un paraíso escondido en el corazón de la Cordillera de los Andes: la Laguna de Vilama. Es uno de esos lugares que, a pesar de su belleza inigualable, permanece en el anonimato para la mayoría de la gente.
Rodeada de imponentes montañas y de una biodiversidad única en su tipo, esta laguna representa un rincón sagrado de la naturaleza que se conserva en su estado casi puro, lejos del turismo masivo y de las alteraciones que la presencia humana suele generar en estos lugares.
La Laguna de Vilama se encuentra en el extremo noroeste de la Puna de Atacama, cerca de la frontera con Bolivia y Chile. Situada a una altura aproximada de 4.500 metros sobre el nivel del mar, esta laguna es parte de una zona conocida como el Sitio Ramsar Vilama, declarada como humedal de importancia internacional en el año 2000.
Esta designación, otorgada por la Convención de Ramsar, protege al área debido a su gran valor ecológico y a las especies endémicas que habitan en la región, en especial las aves migratorias, muchas de las cuales se encuentran en esta laguna un refugio seguro para reproducirse y alimentarse.
La laguna forma parte de un sistema de humedales altoandinos que abarca varias lagunas y salares, como la Laguna de Pozuelos y el Salar de Cauchari. La particularidad de este ecosistema radica en que se encuentra en una de las zonas más áridas y de mayor altitud del mundo, lo que ha moldeado una fauna y flora que se han adaptado a condiciones extremas, como la falta de oxígeno y las temperaturas bajo cero durante gran parte del año.
Esta combinación de factores convierte a Vilama en un paraíso de vida silvestre, albergando flamencos rosados, patos andinos, guanacos y vicuñas, entre otras especies.
Uno de sus mayores atractivos es la variedad de aves que se puede observar a lo largo del año. Las tres especies de flamencos sudamericanos -el flamenco andino, el flamenco de James y el flamenco chileno- encuentran en estas aguas salinas el hábitat perfecto para sobrevivir y reproducirse.
Un espectáculo visual incomparable escondido en la Cordillera de los Andes
Estos flamencos tiñen el paisaje con sus tonalidades rosadas y naranjas, ofreciendo un espectáculo visual incomparable. La belleza del lugar, sumada al silencio que caracteriza a estos parajes, hace de Vilama un destino ideal para los fotógrafos de naturaleza y para los amantes de la observación. Aparte de los flamencos, el ecosistema de la laguna también alberga otras especies de aves migratorias, como el pato puna y el pato andino.
La Laguna de Vilama no solo es un santuario natural, sino que también guarda una profunda conexión con la cultura indígena de los pueblos andinos. Las comunidades locales, muchas de las cuales pertenecen a la etnia atacameña, consideran a esta laguna y sus alrededores como un espacio sagrado.
En sus aguas y en las montañas circundantes se realizan ceremonias en honor a la Pachamama, la Madre Tierra, y se llevan a cabo rituales que buscan la armonía entre el hombre y la naturaleza. La relación entre estas comunidades y su entorno es un ejemplo de convivencia respetuosa y equilibrada, una lección de sostenibilidad que el mundo moderno podría aprender.
A pesar de su belleza natural y su relevancia cultural, la Laguna de Vilama es un paraíso escondido, relativamente desconocido y poco visitado. Su acceso remoto y las condiciones climáticas extremas hacen que no sea un lugar fácil de explorar. Sin embargo, para quienes se animan a emprender el viaje, Vilama ofrece una experiencia de conexión con la naturaleza y con la historia andina que difícilmente podrá encontrarse en otros lugares del mundo.
Fuente: Gobierno de Jujuy – TN