Por Elda Cantú
El año está ya en su segunda mitad y algunos de los conflictos internacionales más acuciantes no parecen ceder. Pero si bien el camino hacia la paz parece estar estancado, hay cambios en los distintos frentes de batalla.
Un habitante revisa los daños causados por un ataque desde Líbano, en la ciudad costera israelí de Acre, el domingo. Jack Guez/Agence France-Presse — Getty Images
Israel destruyó el domingo miles de cohetes de corto alcance de Hizbulá, según las autoridades israelíes. Desde octubre pasado, cuando Hamás lanzó su ofensiva contra Israel, el grupo militante basado en Líbano se ha sumado a la guerra en Gaza al lanzar cohetes y drones contra el norte de Israel. Sin embargo, como reportó Isabel Kershner desde Jerusalén, es posible que, por ahora, ambas partes desistan de una escalada que complicaría la labor de los negociadores reunidos en Egipto que buscan un alto al fuego y la liberación de rehenes.
La invasión de Rusia a Ucrania ha visto un cambio reciente en la dinámica del combate.
Las fuerzas ucranianas, por primera vez desde que inició la guerra hace más de 30 meses, lograron penetrar en territorio ruso. Fue la primera incursión extranjera en el país desde la Segunda Guerra Mundial y un llamado de atención para Vladimir Putin, que ha perdido algo de apoyo en las encuestas más recientes. El lunes, Moscú intensificó la ofensiva contra Ucrania, dañando infraestructura importante y causando la muerte de al menos ocho personas y una veintena de heridos.
Un puerto en Mogadiscio, Somalia Brian Otieno para The New York Times
El Cuerno de África parece ir camino a una guerra debido a las pretensiones territoriales del primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, que busca expandirse y conseguir una salida al mar para su país. Esto pone en aprietos a Somalia, su vecino con costa hacia el golfo de Adén y al océano Índico. El gobierno somalí, a su vez, ha formado alianzas con Egipto y Turquía, lo cual complica aún más el escenario. “Con la participación de naciones rivales y bien armadas, comunidades étnicas, grupos religiosos y apoyos internacionales”, se lee en un ensayo reciente de Opinión, “el conflicto provocaría un derramamiento de sangre y un desastre para ambos países”.
Fuente: The New York Times