21 noviembre, 2024 05:41
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Adiós clase media (por Carlos De Angelis)

El veto a la ley de Financiamiento Universitario por parte del presidente Milei resulta también de una ruptura con buena parte de los sectores medios que lo apoyaron en las elecciones del año pasado.

El fundamentalismo monetarista que tiñe toda la acción de gobierno empieza a dejar votantes en el camino, los jubilados primero, los jóvenes ahora. Pronto no se va poder explicar más el núcleo duro de La Libertad Avanza por la adhesión de los jóvenes varones. Hoy por hoy, el apoyo incondicional del Gobierno se pasa a central a los sectores más aventajados de la sociedad, lo que habitualmente se denomina ABC1.

El enojo de los sectores medios con el gobierno va creciendo en la medida en que los precios de los servicios que estos utilizan asiduamente siguen aumentando sin ningún tipo de indulgencia: televisión por cable, servicios de medicina prepaga, escuelas privadas, telefonía celular, etcétera. Hasta los canales de streaming que parecían estar fuera de los locos aumentos de precios se suman a la inflación en dólares que sufre Argentina. A estos consumos de servicios “optativos” por supuesto hay que sumar el de la energía (luz y gas), transporte, agua, expensas (entre quienes viven en edificios), alquileres, etcétera. Todos estos rubros por decisiones del pasado impactan levemente o en forma nula en el Índice de Precios al Consumidor que realiza el Indec. Casi como nota de color, la noticia de la rebaja del impuesto PAIS fue una alegría que duró poco, los gastos con tarjeta en dólares quedaron excluidos.

En definitiva, todo el programa económico que llevan adelante Milei-Caputo está significando una redistribución regresiva de los ingresos como pocas veces se vio. Por eso, el coloquio de IDEA que se hará en Mar del Plata los próximos días casi será un homenaje a un gobierno que lleva adelante las políticas soñadas por las grandes fortunas, aunque queden muchas empresas en el camino, especialmente las que sirven especialmente en el mercado interno.

En este panorama general, los ataques sobre la Universidad Pública parecieron tocar un límite. Para bancar esto, los comunicadores ultraoficialistas llenaron el espacio con información tendenciosa o directamente falsa, lo que enfureció más a la empequeñecida Argentina de la clase media que ve en la enseñanza superior una de las últimas alternativas para no caer para siempre en el hoyo de la pobreza estructural.

No obstante, hay que decir que en el programa electoral de Milei ya estaba encriptado el arancelamiento de la universidad pública, ya que proponía mediante un voucher, subsidiar la demanda y no la oferta. El mercado como alfa y omega de todas las cosas. En definitiva, el modelo final sería similar al chileno donde las familias se endeudan hasta lo imposible para que los jóvenes puedan concurrir a la universidad. La reversión del veto, que se debatirá esta semana ha puesto en una situación muy comprometida a los diputados del PRO y a los de la UCR línea Campero, ya que contribuir al veto los lanzará sin retorno a los brazos de La Libertad Avanza. Muchos preferirán ausentarse antes que arrojar su voto al infierno.

Las principales encuestas muestran una lenta caída del apoyo a Milei

Las principales encuestas van mostrando un lento descenso de imagen positiva, que ya lo colocan por debajo del 40%. Estos números entusiasman a varios dirigentes opositores que se ven encabezando una suerte de frente anti-Milei en las elecciones de 2025. Pareciera que el lugar central de esa cumbre es la Senaduría de la Ciudad de Buenos Aires. Se disponen a competir por ese lugar Horacio Rodríguez Larreta, Martín Lousteau y Elisa Carrió. El oficialismo por su parte encuesta a todo libertario conocido o por conocer, pero por ahora Manuel Adorni lleva el número ganador, aunque Patricia Bullrich podría completar la lista, o tal vez Mondino. Las listas electorales también son lugares para salir del Gobierno sin crisis.

Por el peronismo kirchnerista Leandro Santoro también se anota para encabezar la lista de senadores, pero se topa con Mariano Recalde, quien busca –tanto como Lousteau– la reelección. El objetivo de Santoro es, como se sabe, la jefatura de la Ciudad, por lo que podría declinar a encabezar la lista de diputados. Una pregunta clave es qué hará el macrismo en lo que supo ser su territorio madre.

Si hoy se observa la muy lejana intención de voto, en CABA estaría ganando Horacio Rodríguez Larreta, en un regreso con gloria, algo raro en la política argentina. Leandro Santoro estaría segundo, y Manuel Adorni tercero –todos muy cerca–. Esto llevaría al macrismo a pelear el cuarto puesto con la UCR de Lousteau. Ya que solo hay tres puestos de senador –dos para el ganador y uno para el segundo– comienzan a evaluarse alianzas insólitas como Rodríguez Larreta con Santoro y/o Lousteau, o esperables como Macri-Milei, pero acá con la condición de que bajen a Bullrich.

El “operativo clamor” para que Cristina Kirchner sea la presidenta del Partido Justicialista generó incertidumbre en las múltiples tribus del peronismo. La principal duda es hacia dónde se orientará su tarea, si a suturar todas las particiones que están latentes en el peronismo luego de dos derrotas electorales consecutivas, o a impulsar definitivamente al Partido Kirchnerista, resolviendo, de una vez y en sus términos, la interna furiosa entre Máximo Kirchner y Axel Kicillof.

Quienes se orientan por la primera alternativa creen que Cristina incluso puede llegar a apostar por alianzas inimaginadas hasta hoy. En cambio, los pesimistas creen que el justicialismo llegará irremediablemente dividido a la elección de medio término e incluso puede pasar que la provincia de Buenos Aires busque adelantar su elección para despegarla de la nacional, situación que ocurrirá prácticamente en todas las provincias, en un efecto inicial de lo que significará la aplicación de la Boleta Única de Papel.

Fuente: Perfil

Carlos de Angelis es Sociólogo

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