Ya sea con la ñata contra el piso, o con una visión de 360° desde lo más alto de un barco, no logramos ver dónde estamos parados. Así las cosas pasan como si nada, como si todo.
Frente a nuestras narices tenemos todos los días un show distinto, cortesía de los libertarios. En el elenco cuentan con personajes de segunda, como dos jóvenes diputadas, que parecen haber pasado sus años estudiantiles en un termo, ya que desconocen que estuvieron en un penal hablando con un represor. También tienen una figurita mediática que se autopercibe con el mismo estatus de Evita y Maradona.
Pero… ¿Cómo no ser así? …si la libertad es libre y pueden hacer lo que quieran, como quieran y cuando quieran. Recuerden que el 10 de diciembre del 2023 asumió un presidente que se autodenomina “El León”, habla con su difunto perro, tiene sesiones espiritistas de la mano de su hermana “El Jefe” y cree que es el líder mundial de la ultra derecha, aunque no se entienda un pomo lo que dice.
No los juzgamos, solo los describimos. No llegaron a nuestras vidas porque sí. Cuentan con el aval de gran parte de la sociedad, ya sea por convicción, por cansancio, por la esperanza de un cambio, o porque les da igual “seguir siendo perro”, si lo ponemos en términos jauretcheanos.
El dilema no es ellos o nosotros. La pregunta es: ¿Qué paso en el medio, que nos fuimos tan al carajo o al pasto?
Dudo que se pueda responder al anterior interrogante sin autocrítica, sin revisionismo, sin ganas, sin verdadera convicción de querer transformar la triste realidad actual de nuestro pueblo.
Fuente: Ida y Vuelta
Por Eliana Valci, Directora de Ida & Vuelta Medios