En promedio, los precios de los servicios públicos subieron 241%, muy por encima del costo de vida.
El peso que tiene el combo de tarifas de servicios públicos sobre la canasta familiar se duplicó en los últimos meses en medio de la quita de subsidios para mejorar las cuentas públicas.
Una canasta de servicios públicos del AMBA, que incluye el consumo de energía eléctrica, gas natural, agua potable y transporte público, pasó de costar $30.100 en diciembre a $102.779 este mes, según el Observatorio de Tarifas y Subsidios en el Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP), que depende de la UBA y el Conicet.
El Gobierno decidió en los primeros cinco meses de gestión recomponer rápidamente parte del costo de los servicios de gas, electricidad, agua y transporte público, y avanzar en regularizar los precios relativos para lograr el objetivo de equilibrio financiero este año.
En este contexto, aumentó el boleto de colectivo en el AMBA alrededor de 410%, desde una tarifa mínima de $52,96 en diciembre a $270 en febrero.
También aplicó una fuerte quita de subsidios a la electricidad y gas, y recompuso las tarifas a las empresas distribuidoras y transportistas de esos servicios.
El último anuncio fue la suba de 209% en la boleta de AYSA, para el servicio de agua, en un esquema que impactó directamente en el bolsillo de los hogares.
Se trata de un aumento de 241% en apenas cuatro meses, que va en la dirección contraria de la dinámica de los salarios, que pierden poder adquisitivo debido a la aceleración inflacionaria.
De hecho, según el IIEP, la canasta de servicios públicos del AMBA pasó de representar el 6% de un salario promedio de un empleado formal al 13% este mes.
Para hacer los cálculos, el IIEP tomó en cuenta el consumo estacional típico de cada mes, que varía según la temperatura en el caso del gas y la electricidad.
Por ejemplo, consideró un aumento de 74% en el costo de las boletas de luz de un usuario de altos ingresos (N1). El hogar pasó de pagar $12.441 en diciembre a $21.675, este mes.
En gas se estimó una suba de 561% entre diciembre y abril, ya que un usuario residencial promedio pasó de pagar $2958 a $19.567. En transporte, se estimó el gasto de dos adultos, que van a trabajar en colectivo, y el de un menor en edad escolar. En este caso, el gasto en transporte aumentó 410%, de $8024 a $40.906.
Por último, una factura de agua de un hogar medio de la ciudad de Buenos Aires (un departamento chico de tres ambientes), pasó de valer $6677 a $20.631 (209%).
Así, en abril, un hogar promedio del AMBA gasta $102.779 en cubrir sus necesidades energéticas, de transporte y de agua potable en el hogar, equivalente al 13% del ingreso, cuando en diciembre era menos de la mitad (6%).
Casi 800.ooo pesos mensuales para no ser pobre
La semana pasada se conoció que la Canasta Básica Total (CBT) alcanzó en marzo un valor de a $773,856, tras aumentar 11,9% en relación a febrero. El estudio mide el total de gastos que debe hacer una familia tipo para cubrir el 100% de sus necesidades básicas durante un mes. Por lo tanto, los hogares con ingresos inferiores a una CBT son técnicamente considerados pobres.
En simultáneo, el organismo estadístico presentó la actualización de la Canasta Básica Alimentaria (CBA), estudio que mide el total de gastos que debe hacer una familia para cubrir únicamente sus necesidades alimenticias. En este caso, la CBA ascendió a $385.049, lo que implicó una suba de 10,9 por ciento. Las familias con ingresos inferiores a ese monto pasaron a ser consideradas “indigentes”.
Tomando en cuenta que la base promedio de ingreso en Argentina al mes de marzo de este año era de 476 dólares mensuales, es fácil concluir que la gran mayoría de los argentinos se enfrenta en abril al dilema de comer, o pagar las tarifas de los servicios públicos.
Fuente: NA – Infobae – IProfesional – Propias