Diputado Gerardo Milman, de Juntos por el Cambio
«Cuando la maten yo estoy camino a la costa», fue el comentario de Gerardo Milman, diputado por Juntos por el Cambio, dos días antes del atentado contra la vicepresidenta, Cristina Kirchner.
La oscura y violenta trama que llevó hasta el intento de asesinato de Cristina Kirchner en septiembre último deriva día a día, a su vez, en un ramillete de novedades, una más putrefacta que la otra. La noticia de estas horas es la declaración de un testigo que apuntó ante la Justicia contra el diputado nacional por Juntos por el Cambio Gerardo Milman.
“Ayer cuando salí de tu oficina fui con mi cuñado a comer a Casablanca. Al lado mío estaba Milman con dos pibas y graciosamente decía cuando la maten yo estoy camino a la costa y se mataban de risa”. El textual, extraído de un mensaje de whatsapp, tiene peso propio en el medio de la investigación sobre el magnicidio que no se concretó y fue aportado por un testigo clave de la causa: un empleado de un diputado del Frente de Todos cuyo nombre se mantiene en reserva por pedido judicial, según una investigación publicada este miércoles en el diario Página 12.
Según afirman en ese medio les periodistas Irina Hauser y Raúl Kollman, el testigo «declaró ante la jueza María Eugenia Capuchetti que el diputado Milman ya sabía el 30 de agosto que dos días más tarde se iba a cometer la tentativa de asesinato de Cristina Kirchner«.
Encuentro en Casablanca
En ese contexto, la magistrada ordenó secuestrar las cámaras del bar Casablanca (ubicado en la esquina de Av. Rivadavia y Riobamba, en diagonal al Congreso de la Nación y frente al anexo) y en esas imágenes se registró que ese día, a esa hora, Gerardo Milman estuvo en la conocida confitería junto a dos mujeres.
Según lo publicado en Página 12 se trata de Carolina Gómez Mónaco e Ivana Bohdziewicz, empleadas de Milman que declararon este miércoles ante la jueza Capuchetti.
No es un dato menor que Milman integra la Comisión Bicameral de Inteligencia, o sea que mantiene vínculos con espías y exagentes. Pero, además, de esa Bicameral salió Gastón Marano, el abogado de Gabriel Carrizo, jefe del grupo que vendía copos de azúcar en la esquina de Juncal y Uruguay. En uno de sus mensajes, Carrizo dijo: «esto estaba previsto para dentro de una semana» y mencionó el uso de un arma calibre 22 que habría aportado a la operación. Tras el ataque de Fernando Sabag Montiel, Carrizo salió a elogiarlo.
En el relevamiento de las cámaras -ordenado por Capuchetti y realizado por la Policía de Seguridad Aeroportuaria- se confirma lo que dijo el testigo. Milman bajó de su vehículo oficial a las 15.23, junto a una mujer, e ingresó en la confitería Casablanca. A las 16.28 estaba con las dos mujeres y, además, en las imágenes se demuestra también que allí sentado estaba el testigo clave, el empleado del diputado del Frente de Todos, quien fue a declarar ante la jueza Capuchetti y aportó el mensaje de WhatsApp que es de máxima significación porque se envió 22.36, dos horas después del ataque a Cristina. En total, la PSA obtuvo 13 fotogramas de la llegada de Milman, su presencia dentro de Casablanca y luego el ingreso a su oficina en el Congreso.
Un dato que encaja en el rompecabezas judicial y político es que, en efecto, Milman el 1 de septiembre, día del atentado contra CFK, estaba en Pinamar.
Todos los caminos
El dato aparecido este miércoles se suma a otro hecho que también es un link al diputado de JxC: el 19 de agosto Milman presentó un proyecto en el que se mencionaba la posibilidad “de un falso atentado contra Cristina Kirchner”.
La pelota ahora la tienen la jueza Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo. ¿Citarán al diputado que mantiene históricas relaciones con los servicios de inteligencia o sucederá como con la familia Caputo, financista de Revolución Federal pero que pese a eso mira el caso por televisión?
Fuente: Página 12 – Infonews